Greenwashing en el drenaje urbano: el riesgo de llamar SUDS a cualquier cosa
El greenwashing en el drenaje urbano es una práctica cada vez más común, y en el caso de los SUDS, está generando un grave problema de maladaptación. No nos cansaremos de intentar frenar el problema que se está generando por la mala interpretación de lo que son los SUDS y el inadecuado uso de geoceldas drenantes.
¡STOP a la infiltración de agua contaminada y no captada por auténticos SUDS!

💧 Los SUDS no son cajas (depósitos modulares): desmontando un error cada vez más frecuente en la supuesta aplicación de criterios de drenaje sostenible
«Tenemos que poner un SUDS en esta obra», nos dicen con frecuencia jefes de obra, técnicos municipales e incluso responsables de proyecto, cuando en realidad lo que pretenden es simplemente construir un depósito o «tanque de tormenta» permeable conectado a un sumidero y red convencional. Y, acto seguido, alguien señala un espacio para enterrar unas cuantas cajas drenantes, como si el solo hecho de instalarlas resolviera el problema.
Este enfoque, simplista y erróneo, está desvirtuando el concepto de los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible. Lo que debería ser un instrumento para restaurar el ciclo natural del agua en la ciudad se convierte, en demasiadas ocasiones, en un simple “producto” de catálogo que puede provocar la infiltración de agua contaminada y, por tanto, contaminar las aguas subterráneas.
❌ Reduccionismo técnico: de sistema sostenible y multifuncional a simple artilugio enterrado
Los SUDS no son productos. Son elementos o estructuras integradas en superficie que actúan antes del alcantarillado convencional, captando y gestionando el agua de lluvia mediante criterios de filtración, retención, reciclado, infiltración, en origen y con la premisa de no degradar —e incluso restaurar— la calidad del agua que gestionan.
Son soluciones superficiales, biofílicas y permeables, que transforman aceras, plazas, cubiertas, aparcamientos o espacios verdes en auténticos sumideros filtrantes (biofiltros) multifuncionales que se integran en el paisaje urbano, mejorando el confort climático, la biodiversidad y la resiliencia.
⚠️ Greenwashing en el drenaje urbano: la “sudsificación” de todo
El error se agrava cuando algunas empresas comercializadoras de geoceldas y otros artilugios etiquetan como “SUDS” a tecnologías que no lo son por sí solas: cajas y túneles drenantes, tanques de tormenta, separadores hidrodinámicos… Estos pueden ser herramientas útiles y beneficiosas para los sistemas de alcantarillado convencional, pero no son SUDS per se.
Reducir un sistema urbano de drenaje sostenible a una celda modular enterrada es como llamar “edificio” a un saco de cemento.
🧠 Un cambio de mentalidad, no de producto
El mal uso del término confunde a proyectistas, licitadores y ciudadanía. Hace creer que el mero hecho de instalar un producto equivale a haber aplicado criterios de sostenibilidad hídrica. Y no solo es falso: perpetúa una forma de urbanismo impermeable, costoso e insostenible.
Este uso erróneo del término contribuye directamente al greenwashing en el drenaje urbano, disfrazando soluciones convencionales de sostenibilidad.
👉 Un depósito enterrado con cajas puede ser técnicamente útil. Pero si no forma parte de otras medidas superficiales de filtrado, si no mejora el paisaje urbano ni reduce impermeabilización y escorrentía en origen, no es un SUDS. Es solo drenaje convencional con alto riesgo de colapso y contaminación (maladaptación), y con un equívoco envoltorio “verde”.
🌍 La solución está en la superficie
Si queremos que nuestras ciudades sean resilientes frente al cambio climático, debemos dejar de pensar en tubos y empezar a pensar en superficies permeables, nuevos conductos planos y elementos de retención (geoceldas) para reducir carga hidráulica al saneamiento existente.
En definitiva, en sistemas que capten y gestionen un recurso natural y no lo conviertan en un residuo altamente contaminado, que en situaciones de lluvias intensas genera cada vez mayores impactos estructurales, sociales y medioambientales.
Solo así evitaremos el greenwashing en el drenaje urbano y apostaremos por una transformación real de nuestras ciudades.




